A proposito de nada
Hace unos días , cayo en mi poder una grabación de una entrevista , o mas bien un fragmento , en la que Jose Luis Sampedro exponía la siguiente formula de la felicidad llevada a términos económicos
- La felicidad , si no se produce , tampoco se puede consumir
Supongo que lo primero que tendría que hacer seria sentarme , darle un rumbo al articulo , decir los recovecos en los que voy a ausentarme , y trazar una linea de defensa ante cualquier ataque indiscriminado contra mis palabras , pero simplemente no lo haré , para empezar , por que en palabras de los Smith hace ya mucho tiempo que no siento , ni agua ni vino , ni pena ni gloria , ni alegría ni tristeza , he llegado a un punto completo total de indiferencia nihilista , y de colérica arrogancia hacia todo lo que me rodea , y en un parangón y desde una posición tan alocada y soslayadamente redundante nadie tiene el derecho , ni mucho menos la necesidad de hablar de felicidad , pero incluso con esto y con todo , eh de decir que el concepto mas cercano que conozco de felicidad es tranquilidad
Deberíamos cambiar la formula y añadirle lo siguiente
Quien no produce tranquilidad no solo no tiene derecho a consumirla , sino que hallará constantemente el sucedáneo contrario
Es así . La vida es difícil , extraña, angosta , llena de sentimientos tan profundos y dolores tan amargos que hacen y eclipsan por completo los grandes logros que se evaporan en segundos
El éxito es aquel lugar al que llegamos sin potestad para quedarnos , y el fracaso es el sitio ideal , y casi por declive injusto , para acurrucarse una vida entera de gato
A propósito de nuestro amigo Sampedro que ya no vive entre nosotros , sino que late , de palabras que deberían sonar mas que nunca obligatoriamente en las cabezas , he de decir que hoy se bien poco , y mañana probablemente sabré menos
pero eso poco importa amigos , en siglas y señal de despedida, con un latigazo de la voz de nuestro amigo y genio
- Esta vida ya la he visto , el cuento me lo se , y no me interesa seguir vivo ni tres pepinos
a tu santísima salud
maestro
Michael Waits Thompson
